¿Es posible la reelección presidencial?
Así subsiste el principio estipulado por Francisco I. Madero.

El lema de campaña de Francisco I. Madero en 1910 fue “Sufragio efectivo no reelección”, que contenía dos objetivos, primero que el voto sea respetado y, segundo, que no se permita la reelección presidencial, para evitar que una persona se perpetúe en el poder mediante el régimen dictatorial, como ha sucedido en varios países donde el pueblo enardecido ha derrocado a los gobernantes autoritarios.
En México se han registrado episodios en los que la permanencia indefinida del presidente provocó abusos de poder y violación a los derechos fundamentales. El Porfiriato, que duró treinta años, fue el gobierno dictatorial que dio lugar a la Revolución Mexicana, en la que millones de personas con sangre, sufrimiento y sacrificio hicieron posible el reconocimiento de los derechos del ser humano, que son inalienables, imprescriptibles e irrenunciables y que tiene toda persona por el solo hecho de serlo. Estos derechos fundamentales quedaron consagrados en la Constitución de 1917, bajo la denominación de Garantías Individuales, término que fue sustituido en el 2011 mediante reforma Constitucional por el de Derechos Humanos.
Octavio Paz refirió en el Ogro Filantrópico que la Revolución Mexicana no mejoró la situación económica de los más pobres, pero reconoció en los mexicanos el principio de la igualdad, es decir, hizo posible que los peones ya no bajaran la mirada al estar frente a los hacendados.
Reelección en cargos
La reforma Constitucional del 2014 permitió la reelección consecutiva para los cargos de diputados federales y senadores a partir del 2018, de igual manera, tras las reformas a las Constituciones Estatales fue posible la reelección inmediata para los cargos de alcaldes, regidores, síndicos y diputados locales. Uno de los argumentos para esta ordenanza es la dinámica del premio y castigo, es decir, se reeligen de forma inmediata -porque antes podían contender, pero no en forma consecutiva- a quienes obtuvieron buenos resultados en sus gestiones; tomando en consideración que México era uno de los pocos países relegados en temas de reelección de los cargos antes mencionados.
Solo quedó vigente el principio de no reelección para los cargos de presidente de la República y gobernadores, quienes duran seis años en el puesto.
Sin embargo, por la complejidad del asunto y dados los antecedentes históricos, el principio de no reelección para el cargo de presidente de la República se consagra en el artículo 83 de la Carta Magna, que establece palabras más, palabras menos, que por Ningún motivo una misma persona podrá ocupar este cargo más de una vez.
La Constitución Federal también establece en los artículos 39 y 40 que la soberanía reside esencialmente en el pueblo y señala que “es voluntad del pueblo constituirse en una república representativa, democrática, laica y federal”, por ende, el sano ejercicio de la democracia choca con los regimens autoritarios y dictatoriales en los que pudiera incurrir la reelección del cargo del presidente de la República, al quedar el poder casi ilimitado en una sola persona. En Estados Unidos está permitida la reelección inmediata del presidente por una sola vez, no obstante, la duración en su administración es de cuatro años.
Países Latinoamericanos, como Venezuela y Cuba, sufren los estragos de regímenes dictatoriales y las consecuencias nefastas de que los mismos gobernantes se perpetúen en el poder, violentando la voluntad popular y obstaculizando el ejercicio de la democracia a la que los ciudadanos tienen derecho. De acuerdo con el Latinobarómetro, solo el 5.6 por ciento de la población mundial reside en una democracia plena y el 42 por ciento vive en países con democracias defectuosas; desgraciadamente, más de la mitad de la población se encuentra viviendo en regímenes autoritarios o híbridos.
En México no hay condiciones para la reelección presidencial, aunque maquiavélicamente existen grupos que pretenden preparar el terreno para la extensión de los mandatos, que no es sano ni recomendable.
Exigir respeto a los derechos y libertades es responsabilidad de nosotros mismos, por ello los votos deben dares a las y los mejores candidatos, que garanticen el respeto y el libre ejercicio de los derechos humanos y las mejores condiciones de vida para los mexicanos.
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