PRO Chihuahua.

Sueños convertidos en crisis



06
Nov

Lo que en Chihuahua se debe de conocer acerca del tema de migración

Es común ver por las calles de Chihuahua o en el tren rumbo a Juárez a cientos de migrantes, desconociendo el origen del fenómeno e implicaciones.

Chihuahua tiene una relevancia geoestratégica al compartir con otro país una de las fronteras más importantes a nivel global, siendo así Ciudad Juárez un referente y la antesala del fenómeno migratorio, de quienes provienen del interior del país y, recientemente, por miles de migrantes que proceden del sur de América. Chihuahua no es su objetivo, sino Estados Unidos.

La dinámica fronteriza de Chihuahua tiene ciertas particularidades. Al ser un estado de paso que se convierte en una residencia obligadamente temporal o la mayoría de las veces permanente, ante las dificultades de ingresar a los Estados Unidos tanto legal como ilegalmente, desencadena distintas situaciones, por lo que se deben de formular estrategias precisas para el tratamiento adecuado del fenómeno migratorio.

Los municipios, en específico Juárez y Chihuahua, carecen de la facultad y de la capacidad en recursos económicos, técnicos o humanos para dar atención.

Hay que partir del simple hecho de que quienes llegan a estas tierras son seres humanos con anhelos de una mejor calidad de vida, como cualquier otra persona; que, obligadamente, ya sea por la violencia en sus regiones, los regímenes políticos o la urgente necesidad económica, tuvieron que dejar atrás su pasado, orígenes y familias, para emprender la búsqueda de un sueño incierto, pero motivante y esperanzador.

Sin embargo, en fechas recientes, la percepción de la ciudadanía frente al fenómeno migratorio no ha sido del todo positiva debido a los desequilibrios económicos y sociales importantes que, si no se atienden a la brevedad, podrían desencadenar una profunda crisis que ya se visualiza.

El Gobierno Estatal, que ha coordinado esfuerzos con la iniciativa privada y ha destinado recursos para atender algunas cuestiones por obligación humana, no tiene la facultad imputable por ley; quien tiene dicho encargo es el gobierno federal, al que la Constitución le atribuye el diseño y la ejecución de la política migratoria, al igual que la política exterior y las relaciones binacionales.

Debemos de partir del hecho de que la migración es un fenómeno, específicamente social, y no como una problemática, al tratarse de sucesos perceptibles relacionados con comportamientos que se dan en el interior de una sociedad, ya sea por esa búsqueda de mejores oportunidades de vida, por una mejor educación, cuestiones familiares, cambios políticos, climáticos o desastres naturales.

Frente a esa decisión de dejar sus lugares de origen, no podría ser considerado un problema.

Sin embargo, sin el tratamiento debido, sin políticas públicas que abonen a la estancia legal en el país, a la integración de quienes se quedan en el territorio o el apoyo para regresar a sus naciones, así como acciones paliativas de índole humanitaria, se podría desencadenar una crisis económica, social y de salud severa.

Generación de oportunidades

No hay que olvidar que existen sociedades en el que la coincidencia multicultural, de distintas nacionalidades, ha permitido una interesante composición social, permitiéndoles un notable desarrollo económico a través de la generación de oportunidades.

Países como Australia o Estados Unidos cuentan con diversos grupos que superan cualquier definición de minorías, en este último se encuentra el caso de los latinos, afroamericanos y asiáticos, que representan alrededor del 40% de su población, tan solo los latinos son el 20% de los grupos étnicos que la componen.

Respecto a personas con nacionalidad mexicana, es la población extranjera más grande, representando el 21.43%, seguido de la India y China con un 5.38% y un 4.31%, respectivamente.

El trabajo conjunto es sustancial. La migración es una realidad que nadie puede ignorar por las implicaciones que tendrá en el corto plazo, ya que es inevitable este tipo de movimientos.

Acción y reacción

Acorde con el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD, del 2022, México cuenta con uno de los contextos migratorios más complejos del mundo, por ser un país de paso, aunado al interés de muchos connacionales de también migrar a los Estados Unidos. Además de aquellas regiones donde obligadamente deben de dejar sus hogares por cuestiones de violencia o por necesidad económica.

Siendo así, es difícil cegarse ante una situación que requiere consciencia y una directriz clara en cómo abordar lo que se vive en distintas regiones del país, como es el caso del estado de Chihuahua.

Es importante reflexionar sobre las implicaciones que habrá de tener la migración en la sociedad chihuahuense. Más allá de que el tema se politice, sí es necesaria la atención inmediata, con recursos y políticas públicas, por parte de quien está facultado para actuar.

Socialmente hablando, se pueden segregar muchos temas relacionados con salud, alimentación, vivienda, educación, violencia, entre otros más, por las necesidades básicas de cualquier persona y que no estarán cubiertas, y las que sí, no lo están al cien por ciento.

En lo económico, vemos que el objetivo de las y los migrantes es tener oportunidades laborales, pero no aquí, sino en Estados Unidos; lo cual complica su situación por todo lo que se deriva ante la falta de empleo o un ingreso mientras se encuentran en el territorio estatal.

En ese sentido, hay bastante por hacer y generar consciencia, debido a que como sociedad será indispensable reforzar la cero tolerancia hacia las prácticas de discriminación y xenofobia que atenten contra la dignidad de cada migrante, sea cual sea su origen.

Esta es una acción importante que no es necesario que algún gobierno llegue a promover, sino que es una cuestión personal, de principios y valores individuales, como atención a quienes proceden de otros países o regiones de México.

Los diferentes sectores sociales y económicos no pueden dejar pasar la necesidad de articular una política migratoria que dé respuesta a las interrogantes de los propios migrantes y de la ciudadanía misma, que ya ve muy común la estampa del migrante pidiendo por las calles o arriba de un tren con destino a Ciudad Juárez. Esa no puede ser la imagen de la migración.

La situación aún puede controlarse a través de una estrategia muy precisa coordinada por la Federación y que se trabaje con los estados y municipios, en donde el fenómeno migratorio se encuentra presente.

Es cuestión de voluntad y acción, ya no de una buena vecindad con los países sudamericanos y del Caribe, ni tampoco de disposición total a los Estados Unidos, o por lo menos de colaboración binacional para generar las condiciones adecuadas entre México y cada nación de donde sea originaria la población migrante, buscando siempre el bien común de todos.

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Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad del autor. 

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