Educar, litigar y servir
Desde temprana edad, Verónica Torres Cazares abrazó su vocación por la justicia, forjando una carrera sólida que combina la docencia, el litigio y el servicio público. Su pasión y compromiso la han convertido en un referente para las nuevas generaciones del ámbito jurídico en México.
“No es solo un conjunto de normas; es una herramienta para transformar realidades”.
Tras cinco años como educadora en un jardín de niños, Verónica decidió seguir el legado familiar y estudiar Derecho en la Universidad Latinoamericana. Al egresar, no solo se incorporó como docente de Derecho Constitucional, sino que también formó parte del área de posgrado de la misma institución. Su formación académica se fortaleció con un posgrado en Comercio Exterior por la Universidad La Salle, previo a su experiencia internacional en Brasil, donde colaboró con la embajada mexicana en asuntos jurídicos y diplomáticos, promoviendo la buena imagen de México en el exterior.
De regreso al país, participó en la creación de leyes anticorrupción para el gobierno de Sonora, y más tarde fundó su propio despacho, especializándose en derecho civil, familiar y penal. Su llegada a la ciudad de Chihuahua marcó una nueva etapa de servicio y docencia. Desde hace más de cinco años imparte cátedra en la Facultad de Derecho, mientras ha liderado iniciativas sociales en apoyo a mujeres en situación vulnerable, brindándoles herramientas para el autoempleo y asesoría legal gratuita.
Una de sus labores más significativas en Chihuahua ha sido su trabajo dentro del Consejo de Tutelas. Inicialmente como vocal y desde 2024 como presidenta, dirige a un equipo jurídico voluntario que representa en juicio a niñas, niños y adolescentes, asegurando que sus derechos no sean vulnerados. Esta labor altruista reafirma su creencia en un derecho humanista, ético y comprometido con la equidad.
Verónica reconoce que uno de sus mayores retos ha sido equilibrar la empatía con la objetividad legal. Como mujer, ha tenido que abrirse camino en un entorno jurídico donde aún persisten estereotipos, pero estos desafíos solo han fortalecido su liderazgo y convicción.
Su visión de la justicia ha evolucionado con los años. De una mirada idealista, pasó a una perspectiva crítica y consciente de las desigualdades en el acceso a los derechos. Esta transformación ha alimentado su determinación de ser un puente entre la ley y la sociedad, con sensibilidad social y ética.
A las nuevas generaciones de juristas les aconseja no perder de vista el propósito que los llevó al Derecho.
Verónica es también una inspiración diaria para quienes buscan marcar la diferencia desde la legalidad, motivada por su entorno familiar, sus alumnos y las personas a las que ha podido ayudar.
Para el futuro, imagina un derecho más humano, transparente y accesible, donde cada caso represente más que un expediente: una historia con derecho a justicia. En su andar, Verónica Torres Cazares demuestra que el derecho, bien ejercido, puede ser un verdadero acto de amor por la humanidad.
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